Buen perdedor

A mis 33 años decidí cambiar un detalle importante en mi rostro: mi nariz. Si bien tenía problemas funcionales como un tabique desviado que me dificultaba respirar también era un rasgo distintivo de mi herencia de pueblo originario. Aunque el término “originario” es algo relativo, es indiscutible que esa estética remite a la gente queContinue reading “Buen perdedor”